· Los judíos de Estados Unidos y el partido Demócrata
· De pueblo a religión, y de religión a pueblo
· Tres comentarios con moraleja
· La institución del Gran Rabino
· Milagros
· Del viernes 23 de octubre al lunes 26 puedes bajar GRATIS de Amazon.com el libro “Déjame que te cuente”
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Los judíos de Estados Unidos y el partido Demócrata
La comunidad judía, de los Estados Unidos, otorga, en forma consistente, la mayoría de sus votos al partido Demócrata.
Milton Himmelfarb (1918-2006) sociógrafo de la comunidad judía de los Estados Unidos dijo que “los judíos ganan como los episcopales (el nivel más alto de ingresos y de posición social) pero votan como puertoriqueños” (el nivel más bajo de ingresos y de posición social).
Desde las elecciones del año 1928 hasta hoy, los judíos otorgan más votos a los candidatos Demócratas que a los Republicanos, variando el porcentaje desde un máximo de 90% que Franklyn D. Roosevelt recibió en las elecciones de 1940 y 1944, y Lyndon Johnson en 1964, hasta un mínimo de 45% que Jimmy Carter recibió en las elecciones de 1980 (porcentaje superior al 39% que los votantes judíos dieron en esa elección al Republicano Ronald Reagan, y al 15% que dieron al independiente Anderson).
El historiador Gil Troy realizó un estudio para entender los motivos de la fidelidad de la comunidad judía (o, por lo menos del 70% de los judios) al partido Demócrata y llegó a la conclusión de que la mayoría de los judíos americanos (no los ortodoxos) consideran que el judaísmo es sinónimo de su ideología liberal. Viene entonces la pregunta, ¿Por qué la mayoría de los judíos de Estados Unidos son liberales?
Troy encuentra la respuesta en la primera generación de judíos en los Estados Unidos, los que llegaron. a fines del siglo 19 y comienzos del siglo 20, escapando del antisemitismo ruso, polaco y de otros países de Europa Este. Encontraron trabajo en fábricas y talleres, con muy bajo sueldo, largas horas y duras condiciones. Fue natural que, formando parte de la clase proletaria, adoptasen una ideología socialista y sindicalista.
La segunda generación ingresó a las universidades. Se graduaron como médicos, abogados, ingenieros, contadores, etc. siempre recordando la lucha de sus padres por salir de la pobreza.
Las siguientes generaciones, incluyendo la actual, se sienten orgullosamente americanos, y consideran que ser liberal es parte esencial, principal, de su identidad como judíos.
El presidente que más admiran es Franklyn D. Roosevelt, sin tomar en cuenta que en la Conferencia de Evian, (en julio de 1938, convocada por Estados Unidos para encontrar una solución para los judíos de Alemania y Austria que eran perseguidos por el regimen nazi), los Estados Unidos no aceptaron que siquiera un solo refugiado judío emigre a Estados Unidos. Roosevelt, cuando le pidieron que bombardee las líneas de los trenes que llevaban judios a Auschwitz, se negó a hacerlo.
Otro presidente Demócrata muy admirado por los judíos de Estados Unidos es Barak Obama quien nunca disimuló su poca simpatía a Israel. A pesar de las repetidas amenazas de Irán de borrar del mapa a Israel, Obama envió secretamente a los ayatolas un avión con cientos de millones de dólares en efectivo, (dinero que Irán utilizó para financiar sus actividades terroristas en el Medio Oriente), y firmó un tratado que permite a los fanáticos iranies tener la bomba atomica en otros diez años, bomba que les permitirá tratar de realizar su sueño de exterminar Israel.
El candidato actual del partido Demócrata, Joe Biden, cuando era senador, amenazó a Menahem Begin en 1982 con cortar la ayuda financiera al Estado judio, golpeando la mesa con los puños para dar énfasis a sus palabras.
La contestación de Begin fue la siguiente: “No nos amenace. No le va a resultar. Yo no soy un judío con rodillas que le tiemblan. Soy un judío orgulloso con 3,700 años de historia civilizada. Nadie nos ayudó cuando nos exterminaban en las cámaras de gases. Nadie vino a ayudarnos cuando luchamos por crear nuestro país. Nosotros hemos pagado. Nosotros hemos luchado. Nosotros hemos sacrificado nuestras vidas. Defendemos nuestros principios. Y, si fuera necesario, moriremos por ellos nuevamente con o sin su ayuda financiera”. Begin añadió, mirando directamente a Biden, “esta mesa ha sido diseñada para escribir, no para recibir golpes con sus puños.”
Una de las promesas electorales de Biden es resucitar el acuerdo con Irán, que garantiza que los ayatolas podrán seguir financiando el terror y en diez años tener la bomba atómica. Pero eso no es preocupación primordial de los judíos de Estados Unidos
El hecho de que Trump ha hecho más por el Estado de Israel que todos los otros presidentes de Estados Unidos desde que Truman reconoció la independencia del Estado judío en 1948, no es un argumento que pueda convencer a la mayoría de los judíos americanos a dejar de apoyar al Partido Demócrata.
*https://rudermanfoundation.org/wp-content/uploads/2017/11/Jewish-Vote-Ruderman-Program.pdf
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De pueblo a religión, y de religión a pueblo
La Knesset (Parlamento israelí) ha tratado varias veces de definir quién es judío, discusiones que siempre han terminado sin lograr una definición aceptada por todos. ¿Qué significa ser judío? ¿Pertenecer a una religión, o ser parte de una nación histórica?
Para efecto de este artículo, la definición es que los judíos son un grupo etnoreligioso que desciende de los hebreos que vivían en la patria ancestral, en la Tierra de Israel, o que se han convertido al judaísmo.
La religión judía y el sentimiento de pertenecer a una misma nación están inextricablemente unidos, pero, dependiendo de la época histórica y de la persona, no siempre los dos elementos tienen igual preponderancia. Hubo épocas cuando el elemento religioso era lo que definía al judío y épocas cuando la conciencia de ser un pueblo predominaba.
Los judíos, de acuerdo a muchos historiadores (cuya interpretación difiere de los que aceptan literalmente los relatos de la Biblia), eran parte de los Hicsos, tribus procedentes de Siria y Canaán, que invadieron, conquistaron y gobernaron Egipto desde el siglo 18 AEC hasta, posiblemente, el siglo 13 AEC, cuando fueron derrotados y expulsados. Varias de esas tribus se establecieron en Canaán, y, en la Estela del Faraón Merneptah (reino 1213 AEC a 1203 AEC) fueron mencionados como “Israel”.
Inicialmente, las tribus formaron una confederación, y luego, bajo los reyes David y Salomon, un reino, que se dividió en dos durante el reinado de Rehoboam, hijo de Salomón. El reino norte, Israel, fue conquistado y destruido por los asirios en el año 721 AEC, y la mayoría de la población fue exilada a lejanas areas del imperio asirio donde se dispersaron, se asimilaron y se perdieron para la historia. Los sobrevivientes se refugiaron en el reino sur, Judá (así llamado por ser Judá la tribu mas numerosas del reino, de cuyo nombre deriva la palabra “judío”).
El reino de Judá, a su vez, fue conquistado, destruido, y la mayoría de su población exilada a Babilonia en el año 587 AEC. A diferencia de las tribus norteñas que perdieron su identidad, los judíos exilados formaron una comunidad, establecieron sinagogas y escuelas. Parte de ellos, setenta años después, cuando el persa Ciro conquistó Babilonia, fueron autorizados a regresar a Jerusalén, pero muchos (como hoy también ocurre) prefirieron seguir viviendo y prosperando en Babilonia y otros lugares.
Durante los siguientes siglos, Judea fue provincia del imperio persa y luego del imperio helénico seleucida. La rebelión de los hermanos Macabeos les permitió recuperar la independencia y formar un reino independiente en el año 110 AEC hasta mediados del siglo 1, primero bajo la dinastía Hashmonea y luego bajo Herodes y sus sucesores, cuando se convirtió en provincia romana.
La derrota de la guerra judía contra los romanos y la destrucción de Jerusalen en el año 70 causaron el inicio de la preponderancia de la religión como elemento principal de identificación de los judíos. Esta situación duró hasta fines del siglo 19, cuando el concepto de nación asumió gran importancia. Alemania unió a sus distintos principados en un solo Estado, e Italia hizo lo mismo. Los judíos adoptaron el concepto de nación Estado cuya expresión es la ideología sionista. y cuyo resultado es la creación del Estado de Israel en 1948.
Hoy, la situación es compleja. En Estados Unidos hay tres distintas sectas del judaísmo, pero gran parte de la comunidad judía ya no es religiosa. Muchas de las sectas ultra ortodoxos no reconocen la legitimidad del Estado de Israel (por no haber sido fundado por el Mesías, sino por seres comunes y corrientes, y, peor aun, seculares, algunos de ellos agnósticos y ateos).
Los judíos en Israel reconocen la importancia de los dos elementos constituyentes del judaísmo: religión y pertenencia a un pueblo, pero, dependiendo de la comunidad, dan diversa importancia a cada elemento. Para los ultra ortodoxos, la religión es predominante. Para quienes no pertenecen a esa comunidad, el sentimiento de ser un pueblo es tan o mas importante que la identificación religiosa.
En el caso de la segunda comunidad judía más grande, la de los Estados Unidos, muchos de ellos se identifican como judíos por religión, otros por tradición, y el resto por añoranza. En las nuevas generaciones, debido a deficiente, en muchos casos no existente, educación judía, prima la ignorancia de la religión judia y de la historia judía, y su identidad como judíos se ha debilitado y está en peligro de desaparecer.
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Tres comentarios con moraleja
Los líderes palestinos compiten uno contra otro en expresar calumnias virulentas cargadas de odio contra Israel. Si hubiese un certamen de odio y mentiras es probable que el ganador sea Saeb Erekat, Secretario General de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina). La lista de sus libelos es muy larga, así que sólo mencionaré una que se refiere a la pandemia actual: Al-Hayat Al-Jadida, órgano oficial de la Autoridad Palestina, informó el 30 de marzo del 2020, que “Erekat acusa a israelíes de escupir a carros palestinos con el objeto de contagiar del virus a los pasajeros, motivados por el deseo de librarse de los palestinos a cualquier costo”.
El hecho de que el líder palestino, hoy gravemente enfermo de corona, está siendo tratado en un hospital israelí donde recibe la mejor atención posible de médicos israelíes que tratan de salvar su vida, es irónico, y también prueba irrefutable de su hipocresía y de su cinismo, especialmente por el hecho de que los líderes palestinos han prohibido que su población reciba tratamiento médico en Israel.
Le deseo a Erekat un restablecimiento rápido y completo, pero no creo que deberle la vida a abnegados médicos israelíes, le dé motivo para desistir en el futuro de continuar calumniando e insultando a Israel, a juzgar por el precedente de una mujer palestina de Gaza que fue tratada en un hospital israelí de quemaduras de tercer grado en todo el cuerpo. Después que fue dada de alta, le pidieron que regresase al hospital en un mes para chequearla. No llegó a regresar ya que saliendo de Gaza en dirección al hospital, los soldados descubrieron que oculta en su ropa llevaba una bomba que pensaba detonar en el hospital para matar a los médicos y enfermos que la habían tratado.
Moraleja: el odio fanático es más fuerte que la gratitud.
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La Knesset, el parlamento israelí, ha aprobado el tratado de paz con los Emiratos Árabes Unidos, por abrumadora mayoría. Sólo 13 parlamentarios, los representantes de la Lista Árabe Unida, votaron en contra.
Detengámonos un minuto para asimilar este hecho. ¡Los parlamentarios árabes israelíes se oponen a que Israel tenga relaciones de paz con los Estados árabes! A primera vista, y para quienes no están familiarizados con la ideología de los representantes de la comunidad árabe israelí, este hecho parece absurdo y carece de sentido. Pero, la realidad es que esos 13 parlamentarios no representan a la comunidad árabe-israelí sino que defienden los intereses de Hamás, Fatah y la OLP. En otras palabras, son una quinta columna dentro del parlamento israelí.
Moraleja: Con amigos parlamentarios como estos, no necesitamos enemigos.
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El gobierno de Israel y sus diversos ministerios (Salud, Educación, Finanzas, etc.) han decretado una serie de medidas para salir gradualmente de la segunda cuarentena que se vio obligado a imponer. El resultado hasta ahora es gratificante. El número diario de contagiados que había llegado a 9,000 ayer fue de solo 300. Una de las medidas se refiere al regreso gradual de los niños y adolescentes a sus estudios. Como primera medida se ha permitido abrir a los pre-kindergarten. Luego, gradualmente, se iran abriendo las escuelas de primaria y secundaria.
La mayor parte de la población ha reaccionado con entendimiento y disciplina a esta medida. La excepción fue la comunidad ultra-ortodoxa, que, instruida por sus rabinos líderes, envió a 500,000 niños y jóvenes el domingo 18 de octubre a sus lugares de estudio, en abierto desprecio y rebelión a las medidas del gobierno. Con ese comportamiento han confirmado que se sienten ser un Estado dentro de otro Estado, y que los lideres, cuyas disposiciones ellos acatan ciegamente, son sus rabinos y no el gobierno. También han demostrado una completa falta de solidaridad hacia los otros ciudadanos de Israel.
Durante décadas el hecho de que no trabajan, (me refiero solo a la mayoría, por supuesto que hay excepciones), no pagan impuestos, (me refiero solo a la mayoría, por supuesto que hay excepciones), no defienden al país haciendo servicio militar, (me refiero solo a la mayoría, por supuesto que hay excepciones), no estudian materias esenciales para que el país pueda competir tecnológicamente y progresar, (me refiero solo a la mayoría, por supuesto que hay excepciones), y viven del dinero que reciben del gobierno a cambio de su apoyo para ser parte de la coalición gobernante, (me refiero solo a la mayoría, por supuesto que hay excepciones), era tolerado por el resto de la población. Pero, lo que han hecho ahora, (me refiero solo a la mayoría, por supuesto que hay excepciones), demuestra que no solo que no se sienten parte del Estado, sino que lo desprecian y carecen de solidaridad con la población en general, (me refiero solo a la mayoría, por supuesto que hay excepciones), y se consideran, en la frase de uno de mis lectores, “judíos auténticos”, dando a entender que los judíos Conservadores, Reformistas, tradicionalistas, seculares, agnósticos y ateos, aunque se consideran a si mismos judíos, en realidad no lo son.
Es posible, que esta "rebelión en Tierra Santa" (prestándome el título de la versión española del libro de Menajem Begin) sea la gota que desborde el vaso, o, como dice un proverbio árabe, la paja que rompe la espalda del camello, y cause que la tolerancia que el público en general y el gobierno les ha mostrado hasta ahora llegue a su fin.
Moraleja: tanto va el cántaro al agua hasta que al final se rompe.
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NOTA.- La frase “me refiero solo a la mayoría, por supuesto que hay excepciones”, que repito arriba siete veces, la inserté para evitar que apologistas incondicionales de la comunidad ultra ortodoxa me tilden de “antisemita,” lo cual, estoy dispuesto a apostar, sucederá inevitablemente.
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La institución del Gran Rabino
A diferencia del Catolicismo, en la religión judía no hay jerarquías. Todos los rabinos son iguales, pero, parodiando a George Orwell en “La Granja Animal”, en algunos países hay un rabino que “es más igual que otros”, y detenta el título de “Gran Rabino” o “Rabino Mayor”, nombramiento otorgado algunas veces por el gobierno y otras veces por la comunidad judía, o, también han habido casos, auto otorgados.
En la época bíblica, cuando aún existía el Templo, los líderes religiosos eran los “Cohanim”, pertenecientes a la tribu de Levi, descendientes directos por la vía paterna del primer Gran Sacerdote, Aarón, nombrado por Dios. Los presidía el “Cohen HaGadol”, el Sumo Sacerdote. La dinastía de los Hasmoneos unió la función de Sumo Sacerdote al de rey, pero esto fue cambiado por Herodes, que escogía y destituía al Sumo Sacerdote, basado en sus intereses.
A consecuencia de la destrucción del Templo, los “Cohanim” perdieron sus funciones, y el liderazgo religioso pasó a los rabinos, personas expertas en las leyes religiosas que las podían exponer, explicar y enseñar a la congregación. En nuestra época, la persona que quiere ser rabino, sea ortodoxo, conservador o reformista, debe estudiar en las instituciones religiosas correspondientes y aprobar exámenes.
En algunos países, uno de los rabinos, generalmente el más respetado y erudito, es nombrado “Gran Rabino” por las autoridades seculares o por la comunidad judía. Es básicamente un título honorífico que no confiere privilegios especiales.
El cargo de “Gran Rabino” de un país o de una ciudad se originó en la Edad Media, (no está fundamentado en la Biblia o en el Talmud). Las autoridades necesitaban, por motivos de impuestos y otras leyes, una persona que representase a la comunidad judía. Esto sucedió en el reino de Castilla desde el siglo XIV hasta la expulsión de los judíos en 1492. El último rabino, Abraham Sénior, se convirtió al cristianismo, siendo sus padrinos de bautismo los Reyes Católicos, Fernando e Isabel.
La posición de “Gran Rabino” existe en muchos países, y generalmente es desempeñado por personas de gran erudición y prestigio, como, por ejemplo, el previo Gran Rabino de Inglaterra, Jonathan Sacks.
Estados Unidos es uno de los países donde no hay un Gran Rabino, debido posiblemente a que la comunidad judía está dividida entre ortodoxos, conservadores y reformistas.
Israel, desde la época del Mandato Británico, tiene simultáneamente dos Grandes Rabinos, uno para los ashkenasitas y el otro para los sefaraditas, elegidos para un periodo de diez años por un comité de 150 alcaldes, rabinos, jueces y políticos.
En la práctica, los Grandes Rabinos en Israel se desempeñan más como burócratas que como líderes espirituales. Hasta hoy, ningún Gran Rabino en Israel ha solucionado, y ni siquiera ha tratado de hacerlo, los problemas religiosos que afrontan muchas personas, como por ejemplo el de las “agunot”, mujeres cuyos maridos se niega a concederles el divorcio, impidiendo así que rehagan sus vidas.
El mayor problema al cual no le buscan solución es la existencia de 300,000 inmigrantes de la ex Unión Soviética, que halajicamente no son judíos (no tienen madre judía), lo cual les impide casarse en Israel, aunque lo pueden hacer en el extranjero. Son ciudadanos patriotas, que defienden con su vida el Estado, y contribuyen con su inteligencia y su esfuerzo al progreso del país.
El rabinato israelí, en vez de facilitar su conversión, la dificultan exigiéndoles algo que no tiene precedente en la historia judía, que se comprometan a cumplir estrictamente con cada uno de los mandamientos de la Tora, algo que no se pide a los nacidos de madre judía, y que no es cumplido por la mayoría de los judíos que viven en Israel.
El rabinato, en muchos casos, no reconoce conversiones realizadas en el extranjero, aun si fueron hechas con rabinos ortodoxos. Elaboraron una lista negra secreta de rabinos en el extranjero cuyas conversiones no eran reconocidas. Llegaron al extremo de considerar utilizar el DNA para identificar quien es judío, algo que va en contra de los principios básicos del judaísmo.
Aunque la gran mayoría de los Grandes Rabinos son personas honestas, cuyo solo defecto es carecer del coraje para solucionar los problemas arriba mencionados, hubo dos casos de Gran Rabino que fueron encontrados culpables de fraude y sobornos.
Uno de ellos, Yona Metzger, el Gran Rabino de la comunidad ashkenasi, fue arrestado en noviembre del año 2013 acusado de recibir sobornos, lavado de dinero y evasión de impuestos. En su biblioteca, entre las páginas de los libros sagrados, los investigadores encontraron enorme cantidad de billetes. En febrero del año 2017 fue condenado a cuatro años de prisión.
El otro caso es el del Gran Rabino de la comunidad sefaradita, Eliahu Bakshi Doron, quien fue juzgado en el año 2012 por dar falsos certificados de estudios en yeshivot y de ser ordenados como rabinos a más de 1,500 policías, lo cual les dio derecho a cada uno de ellos a recibir un aumento mensual de miles de shekels. Esto le costó al gobierno cientos de millones de shekels. Bakshi Doron fue condenado a un año de libertad bajo caución y a una multa de 250,000 shekels.
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Milagros
Milagro se define como una situación, un fenómeno o una acción que no puede explicarse a partir de los principios naturales y que, por lo tanto, es imputado a la participación de una entidad divina.
Escribo sobre este tema ya que acabo de leer que en la explosión de Beirut, (hace dos meses, en la cual murieron cerca de 200 y 6,000 personas sufrieron heridas), en una iglesia griega ortodoxa, que sufrió serios daños, el sector del Altar Sagrado quedó intacto por estar protegido por el “iconostasis,” (pared donde se cuelgan los iconos de Jesús, María y otros personajes sagrados). Es probable que devotos de esa religión consideren que esto ha sido un milagro.
En mi país natal, Perú, sucedió hace siglos un evento idéntico. Una pared de adobe en la cual un esclavo negro había pintado la imagen de Jesús en el siglo XVI quedó incólume cuando un terremoto, el 13 de noviembre de 1655, que estremeció Lima y Callao, derrumbó templos y casas, dejando miles de muertos y heridos.
El 20 de octubre de 1687 otro violento terremoto arrasó Lima, y nuevamente, la pared de adobe con la imagen de Jesús no sufrió daños. A raíz de este repetido milagro, se ordenó la confección de una copia al óleo, que, una vez terminada, se sacó en procesión. Desde entonces, se celebra anualmente en el mes de octubre en Lima, la festividad del Señor de los Milagros, la principal celebración católica en el Perú, y una de las procesiones más numerosas del mundo.
Hay muchos casos cuando sucede un accidente, por ejemplo un ómnibus se desbarranca, un tren se descarrila, o un avión se estrella, mueren casi todos los pasajeros. Los pocos que sobreviven califican a su supervivencia de milagro.
De ningún modo quiero negar la posibilidad de que el hecho de que el Altar Sagrado de la iglesia de Beirut no fue dañado en la explosión, de que dos terremotos en Lima no derrumbaron la pared pintada con la imagen de Jesús, y de que hay sobrevivientes de accidentes mortales, no sean milagros.
Lo único que digo es que si en la catástrofe de Beirut no hubiese habido muertos ni heridos, yo consideraría eso un real milagro. Y si los dos terremotos que hubo en Lima, no hubiesen causado la muerte de miles, también lo consideraría un milagro. Y por último, si un ómnibus se desbarranca, si un tren se descarrila o si un avión se estrella, y no hubiese víctimas que lamentar, yo estaría convencido de que esos son milagros verdaderos, más asombrosos que el hecho de que una pared pintada o adornada con imágenes no se derrumbó.
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Baja GRATIS del viernes 23 al lunes 26 de octubre el libro “Déjame que te cuente”
En “Déjame que te cuente” el escritor David Mandel relata la historia de su familia y eventos autobiográficos de su vida personal,”, con el humor y el ameno estilo que lo caracterizan.
Leer “Déjame que te cuente” equivale a escuchar a un amigo contando su historia y sus anécdotas con fina ironía, delicioso humor, admirable franqueza y profundo afecto.
Las diversas historias de su familia, las de él mismo y de su esposa Ruth, que Mandel relata en “Déjame que te cuente”, constituyen mosaicos individuales que, en su conjunto, dan un cuadro panorámico de su historia familiar y personal.
El tema de esta historia familiar es la supervivencia del pueblo judío, representado en este libro por las familias Mandel, Braun, Korngold y Kerszenberg. La saga de estas familias comienza a principios del siglo 20 en Polonia y Austria, continúa en Alemania, luego sigue en el Perú, y, finalmente, culmina en Israel. Los miembros de estas familias, antecesores de David y Ruth, emigran, a veces voluntariamente, otras veces forzados por las circunstancias o para salvar sus vidas, impulsados por el deseo de vivir, trabajar y progresar en paz, sin ser víctimas de discriminaciones y prejuicios.
Aquí va uno de los capítulos. Quienes deseen leer el libro completo pueden bajarlo GRATIS de Amazon.com desde el viernes 23 de octubre hasta el lunes 26.
La estatua en mi jardín
Quien visite mi casa, verá en el jardín la estatua de un hombre sentado en una alta silla, en la pose de salvavidas de playas. Si el visitante mira la cara con atención, reconocerá mis facciones. Lamentablemente, la estatua, especialmente la cabeza, es constantemente utilizada por los pájaros, a pesar de que no hemos colocado allí cartelitos que digan “Damas” y “Caballeros”. Otra posibilidad es que los pájaros estén expresando su opinión acerca del arte.
La historia de la estatua es la siguiente:
En julio del año 1994, Ruth celebró un cumpleaños muy especial ya que el número terminaba en cero. La felicité y me dijo que quería hablarme.
- Tú sabes que a mi no me interesa recibir regalos -me dijo.
- Lo sé, y me alegro de eso -le contesté, dando un suspiro de alivio.
- Este año es diferente. Yo admiro las estatuas de Ofra Zimbalista, una de las escultoras más famosas de Israel. Quiero una estatua hecha por ella para nuestro jardín, pero hay un problema.
- ¿Cuál es el problema? - le pregunté.
- El procedimiento que Ofra usa para preparar sus esculturas es moldear con trapos empapados en yeso el cuerpo de un modelo. He hablado con ella y me ha sugerido, para que el precio baje algo, que tú seas el modelo.
- ¿Yoooo? ¡De ningún modo!
Esa misma semana, Ruth, sin hacer caso de mis protestas y sin conmoverse por mis ruegos, me llevó al estudio de Ofra Zimbalista. Quince minutos después, yo estaba semi desnudo, cubierto sólo por una pequeña ropa de baño, sentado en una silla con el rostro cubierto por una tela mojada impregnada de yeso. Luego, me fue envolviendo todo el cuerpo con los trapos humedos, que, debido al yeso, poco a poco se fueron endureciendo.
Una hora después, si alguien me hubiera visto, habría pensado que la figura envuelta en trapos blancos era la momia del faraón Tutankamon, o de algún amigo de él. O, si prefieren un término zoológico, yo estaba como una crisálidad encerrada adentro de un capullo, inmovil y sin alimentarme.
Cuando los trapos se volvieron duros y suficientemente rígidos como para servir de moldes, Ofra los cortó, y quedaron como un cascarón vacío.
Un mes después, Ofra instaló en nuestro jardín una estatua de fiberglass sobre una alta silla de fierro. Y Ruth quedó muy contenta.
Un avance rápido al año 2001, al día lunes 10 de setiembre. Estábamos en Los Ángeles cerrando maletas para encontrarnos con el primo de Ruth, Sammy Kersh (el tío de Ruth, Shapse Kerszenberg, había americanizado su apellido a Kersh) y su novia, con quienes nos encontraríamos en el aeropuerto para volar a Las Vegas.
- Tu camisa está un poco arrugada. Déjame plancharla - me pidió Ruth.
- OK, me la quito.
- No es necesario, la arruga es pequeña⸻me contestó y puso la plancha caliente sobre la camisa. El calor traspasó el tejido. Di un grito, giré la parte superior de mi cuerpo para evitar el contacto de la plancha, pero las piernas permanecieron en su lugar, y se escuchó “crack”.
Recién empecé a sentir un fuerte dolor en las rodillas cuando bajamos del avión en Las Vegas. Tomamos un taxi al Hotel Bellagio, y Sammy me pidió que esperemos a un lado, que él se encargaría de registrarnos. Nos dieron la suite presidencial, con dos dormitorios, cuatro baños, seis televisores, salón y comedor, por sólo $150 dólares la noche.
- ¡Esto es increible! ¿Cómo lo conseguiste?⸻le pregunté maravillado.
- Les inventé una historia que ustedes eran enamorados cuando eran adolescentes, la vida los separó, se casaron con otros, pero un día, por casualidad, se volvieron a encontrar, el amor renació, se divorciaron de sus cónyuges, se casaron, y han venido al Hotel Bellagio a pasar la luna de miel. El conserje se emocionó y nos dio la suite - me contestó Sammy.
Dejamos las maletas en la suite, y, como yo ya no podía caminar, Sammy pidió al conserje una silla de ruedas para mi. Salimos a pasear, con Ruth y Sammy turnándose para empujar la silla.
Esa noche no pude dormir. Cada pequeño movimiento de las piernas me producía un dolor insoportable. Recién a las 7 de la mañana pude conciliar el sueño. Me despertó poco rato después el ring del teléfono.
- ¡Prende la televisión! Terroristas han destruido las dos torres del World Trade Center - me informó desde New Jersey mi concuñado Srulik Yaker, con una voz que expresaba shock.
- Srulik, aprecio tu sentido del humor, pero no estoy para bromas. Tengo mucho dolor en las rodillas y no he podido dormir toda la noche - le contesté.
- No estoy bromeando. ¡Prende la televisión!
Prendimos la televisión y vimos las horrorosas imágenes del derrumbe de las dos torres. Bajamos al lobby, y nos informaron que todo estaba cerrado. El show para el cual habíamos comprado boletos se había suspendido. No habían vuelos de avión.
Lo único que alcanzamos a hacer esa mañana fue comprarme muletas y conseguir lugar en un omnibus que haría el trayecto de ocho horas a Los Ángeles.
Todos los vuelos en Estados Unidos se suspendieron, y tuvimos que esperar varios días en Los Ángeles hasta que los reanudaron y pudimos conseguir lugares para regresar a Israel.
En Israel fui a que me examinen en el hospital, y vieron que el problema era de un tendón, y que tendría que usar muletas por un par de semanas más.
Fui al jardín para sentarme y disfrutar del verano que aun no había terminado. Miré la estatua, y no pude creer lo que veía. ¡Las rodillas estaban completamente destrozadas! Me sentí como el protagonista de la novela de Oscar Wilde, “Dorian Gray” que se mantenía joven pero su figura en el retrato, con cada pecado se iba desfigurando y envejeciendo.
Informamos de esto a la escultora Zimbalista, y nos explicó que el sol habia recalentado y quebrado el fiberglass, y nos autorizó para que utilicemos la estatua como molde para hacerla en bronce, corrigiendo las rodillas destrozadas.
Y mis rodillas dejaron de dolerme.